Provistos de cascos y a toda velocidad, cuatro inmigrantes de origen subsahariano han entrado a Melilla por la frontera de Beni-Enzar (Marruecos) en “motos kamikazes” y han llegado hasta la calle Álvaro de Bazán, situada a un par de kilómetros del fronterizo, donde han dejado abandonados los ciclomotores y han huido.
Las ‘motos-kamikazes’ han emulado a los ‘coches kamikazes’ que entraban el año pasado y que dejaron de hacerlo después de que las fuerzas de seguridad españolas pusieran distintos obstáculos para impedir maniobras de este tipo, en las que acceden a toda velocidad, haciendo caso omiso a los agentes que les dan el alto.
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