Un informe de Theresa May, ministra del Interior, apoyándose en un informe oficial anterior, afirma que la llegada de 100 inmigrantes quita trabajo a 23 británicos.
El gobierno de David Cameron quiere reducir -sin mucho éxito hasta ahora- la inmigración neta, que fue de 220.000 personas en el período de 12 meses que acabó en septiembre de 2013.
Esa cifra es de 60.000 inmigrantes más que el año anterior, a pesar de que Cameron había prometido que las cifras anuales irían cayendo y en 2015 serían de “decenas de miles”.
La bonanza económica que vive el país -1.8% de crecimiento en 2013, un nivel de antes de la crisis- atrae sobre todo a inmigrantes de la Unión Europea, principalmente de Polonia, España e Italia.
Nigel Farage, líder del Partido para la Independencia del Reino Unido (UKIP), anti-inmigración, insistió en que “no hay duda de que los británicos han perdido su trabajo porque hay demasiados trabajadores llegando al mercado”.
El desempleo en el Reino Unido es del 7.2%, más que Alemania (5%), pero menos que Italia (12.9%) o España (26.03%).
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