Por Yolanda Morín |
El pasado sábado la ONG Hogar Social Patriota María Luisa Navarro, vinculada a España 2000, repartía más de mil kilos de productos de primera necesidad entre españoles necesitados del barrio valenciano de Orriols.
Lo que para algunos, entre los que me incluyo, es un éxito a imitar por otras organizaciones políticas y sociales, para otros es un acto de xenofobia y racismo sin parangón. No acabo de entenderlo muy bien. España es nuestra casa. La podríamos comparar con nuestro hogar, en el que nos ocupamos de cerrar bien las puertas, para que no nos roben o para no encontrarnos a un indocumentado ilegal durmiendo en nuestra cama, y dar de comer de forma prioritaria a nuestros hijos, no a nuestros vecinos. Según la doctrina progre de la que hablamos aquí, seríamos todos unos racistas por no dejar acceso libre a nuestra nevera al primer extranjero que pasara por delante de nuestra casa.
Para quien no lo entienda, repartir ayuda entre nuestros compatriotas, de manera preferente , no es xenofobia, es patriotismo.
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