Inmigrantes subsaharianos imponen su ley a los vecinos españoles de Lavapiés

Los vecinos de ocho edificios del barrio de Lavapiés han tenido que plantar cara a adversidades como amenazas de gente armada, trafico de drogas, laboratorios de sustancias estupefacientes, robo de electricidad, amplia presencia de prostitutas y politoxicómanos y por ultimo plagas de insectos debidas a la suciedad, en un entorno en el que viven menores de edad. Sus bloques se ubican en la calle Zurita, en Buenavista, en Salitre, en Embajadores, en el Olivar y en Amparo. Fue en 2012 cuando los pisos vacíos que pertenecían a entidades financieras comenzaron a ser “okupados” por personas de origen subsahariano. Hacen lo que quieren porque saben que difícilmente se les echa y que aunque se les detenga, como ya ha pasado varias veces, siempre salen a la calle a buscar lo que les interesa: la droga.

Muchos vecinos han abandonado el barrio ante la amenaza de que se convierta en un gueto; pero por otra parte un grupo de vecinos se han propuesto resistir. Son “La Plataforma del Barrio de Lavapiés”, una entidad que ha nacido única y exclusivamente para erradicar estos comportamientos y acabar con la presencia de estos “Okupas” que ya se han cobrado alguna víctima, consumidora de su mercancía, a consecuencia del tráfico ilegal. Cuando los trabajadores de Madrid Salud abrieron las puertas de la casa de una vecina del barrio que los había llamado por presencia de chinches en su casa afirmaron: “Nunca habíamos visto una cosa igual”. Esta vecina ha tenido que abandonar su hogar para que los operarios la desinsecten. Los bichos proceden de una casa Okupada, llena de suciedad y muebles recuperados de la basura, que se encuentra justo debajo