
“Me siento mucho más cómoda aquí, donde solo hay mujeres. Creo que a todas les ocurre lo mismo”, señaló Sara Aatif, una de las usuarias del ‘Eva Fitness’, permanentemente protegido para evitar la entrada de hombres.
Un gran porcentaje de las ‘gimnastas’ acuden a sus instalaciones, en Grønland, ataviadas con el hijab, como es el caso de Amal Addam.
Explica que acude al gimnasio aquí 3 ó 4 veces a la semana. “La obesidad y la inactividad física han sido especialmente frecuente entre las mujeres musulmanas. Más de la mitad de las clientas tiene sobrepeso o son físicamente inactivas”.
Ayuda a la ‘integración’
Para Hussain Al Kazaale, la idea de un centro de fitness dirigido a mujeres es el resultado de su conocimiento de la comunidad musulmana.
“Yo sé cómo piensan los hombres de las comunidades árabes y de paquistaníe. Muchos son reacio a enviar a las mujeres a gimnasios, pero cuando se enteran de que solo hay mujeres aquí, se tranquilizan. Además, las mujeres se sienten también más cómodas”, señala.
Kazaale cree tamién que un gimnasio dirigido a mujeres pertenecientes a la comunidad islámica contribuye a su “mejor integración”.
Los estudios han revelado que los inmigrantes procedentes de Oriente Medio y Asia del Sur tienen más problemas de salud que la población autóctona. De hecho, la mitad de los paquistaníes y turcos residentes en Noruega son obesos, según un estudio.
La diabetes también se da mucho más entre los inmigrantes que entre los noruegos étnicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario