Unos 300 musulmanes atacan la comisaría de Trappes, incendian 20 automóviles y provocan heridas a cuatro policías.
En Trappes, lugar situado en las afueras de París, unos policías solicitaron el pasado jueves a una musulmana vestida con un burka que se identificara, puesto que la ley de la República prohíbe el uso en público de esa prenda y sanciona a las infractoras con multa. La petición del agente no gustó a la emburcada, pero mucho menos a su consorte que airado la emprendió a golpes con uno de los agentes, por lo que fue detenido y trasladado a la comisaría de Trappes.
El viernes, entre 200 y 300 musulmanes, al grito de “Alá es grande”, exigieron la inmediata puesta en libertad del detenido, incendiaron 20 automóviles y los contenedores de basura que pudieron, lanzaron un violento ataque contra la comisaría e hirieron a cuatro policías. El sábado, el Colectivo contra la Islamofobia, aparente organizador de los festejos, consiguió su objetivo: la liberación del furioso Muhámmad detenido.
Entre la morería gala hubo desmesura en la aciaga jornada del 19 de julio. Y ejemplo de ello es un tuit, evacuado por quien dice ser y llamarse “Big Saza”, en el que se desea la muerte ( es de suponer que lenta y dolorosa) a los policías de Trappes, cosa que ha producido estupor en muchas personas convencidas de que durante el santo mes del Ramadán es haram (ilícito) para los musulmanes comer, beber, tocarse las partes pudendas con animó lúbrico y proferir frases y expresiones ofensivas, groseras y de mal gusto. Sin embargo, el tuit es perfectamente halal, según los principios islámicos, porque fue publicado a las 11:30 pm, momento en el que ya es de noche y cesa, por lo tanto, la interdicción de papear, mantener un buen coito con la consorte, proferir palabras gruesas y echar el mal de ojo islámico a los policías de Trappes.
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