La ciudad de Mataró ha sido el escenario de tres concentraciones a lo largo de la semana para denunciar los abusos que, según los manifestantes habrían cometido algunos agentes de los Mossos d´Esquadra contra unos magrebíes vecinos del barrio Palau involucrados en un altercado con la Policía Local.
El pasado viernes 2 de agosto, las protestas provocaron momentos de tensíón a las puertas de la comisaría de los Mossos d´Esquadra entre vecinos del barrio mataróní y la Policía Autonómica, que se vió obligada a requerir la presencia de hasta 4 dotaciones del área regional de Recursos Operativos de la Región Metropolitana Norte (ARRO), de 5 patrullas de la Policía Local y hasta de un grupo de agentes de la Guardia Civil.
Los hechos se remontan al día jueves 1 de agosto a las 20 horas, cuando un magrebí vecino del Palau se dirigía en coche a buscar a su sobrino al hospital. Según testigos presenciales, un coche patrulla de los Mossos d´Esquadra irrumpió en la calle y bloqueó el carril por donde circulaba el vehículo del magrebí, con la intención de controlar a un grupo de jóvenes magrebíes que estaba en la plaza del barrio. El conductor del coche solicitó a los agentes que retirasen su vehículo para poder seguir su trayecto hacia el hospital, pero según se desprende de un vídeo que un testigo ha filmado sobre el lugar de los hechos, los agentes desoyeron el requerimiento, hecho que originó un momento de tensión entre la policía y el conductor del vehículo bloqueado.
Según la versión policial, los agentes tuvieron que salir del barrio porque un grupo de más de un centenar de vecinos comenzó a sacudir y golpear el vehículo policial. Es con esta versión de los hechos que los Mossos d´Esquadra han justificado la detención, al día siguiente, mediante un operativo que implicó hasta unas treintena de agentes con chalecos antibalas, del conductor del vehículo y de su hermano, que intentó interceder por él en el momento de su detención.
La noticia de las dos detenciones comenzó a circular por el barrio y desencadenó una concentración de un centenar de personas a las pestas de la comisaría de los Mossos que exigían la inmediata puesta en libertad de los detenidos. Durante la protesta, se vivieron momentos de crispación cuando unos veinte agentes salieron de la comisaría, desplegaron sus porras extensibles y empezaron a golpear a los manifestantes. Como consecuencia de esto, uno de los manifestantes sufrío un ataque de ansiedad y fue evacuado en ambulancia. Los ánimos se calmaron poco después cuando hicieron acto de presencia 4 dotaciones de los ARRO y una decena de policías locales y guardías civiles.
Al dia siguiente, una treintena de amigos y familiares de los detenidos se concentraron a las puertas del juzgado de guardía detrás de unas pancartas en la que se podía leer. “Stop impunitat policial” “Stop racisme”, “Policia racista” “Llibertat detinguts”, en árabe y en catalán. La salida de los detenidos fue recibida entre aplausos y lágrimas de sus familiares y amigos.
Al salir del edificio de los juzgados mataroníes, los dos magrebíes denunciaron que otro joven que se encontraba en los calabozos y que casualmente es un primo suyo, fue víctima de malos tratos en el interior de las dependencias policiales.
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