Un conflicto familiar acabó trágicamente este sábado en la pequeña ciudad de Renens (cantón de Vaud). Un hombre africano de 29 años mató a su bebé de un año, con al cual se había encerrado previamente en su casa. El hombre, de nacionalidad congoleña, aprovechó la ausencia de la madre de su hijo, de 26 años y de origen portugués, para encerrarse en su casa. En ese momento amenazó con matar al niño y después suicidarse.
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A pesar de las largas negociaciones con las fuerzas del orden alertadas por la madre, el secuestrador no quiso entregarse. En vista de la gravedad de la situación, siete policías de élite del Destacamento de Acción Rápida (DARD) de la gendarmería entró en la casa. En ese momento, el padre apuñaló a su bebé e intentó suicidarse cortándose superficialmente el cuello. El bebé fue llevado de urgencia a un hospital, donde murió poco después a causa de sus heridas.
Se ha abierto una investigación penal para determinar las circunstancias del drama. La policía aclaró que entró a la fuerza en la casa porque tenía la plena seguridad de que la vida del niño estaba en peligro. El barrio fue cerrado por la policía durante cuatro horas.
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