EC.- Se los encontraron en su camino y, sin mediar palabra, comenzaron a golpearles con saña. Se valieron de bates de beisbol, palos, puños americanos, botellas, llaves inglesas y hasta de un cenicero. Sus víctimas, cuatro menores cuyo único error fue estar en el momento y en el lugar equivocados, acabaron con serias lesiones, atendidos de urgencia en Txagorritxu por un amplio capítulo de brechas, contusiones, hematomas y hasta alguna fractura.
El sobrecogedor incidente ocurrió hacia las nueve de la noche del pasado sábado, en el ‘skate park’ de San Martín (Álava), centro de reunión para muchos chavales. Los agresores, coinciden testigos y fuentes policiales, fueron «unos treinta o cuarenta desconocidos de origen magrebí». Poco más se sabe de ellos ya que cubrían sus rostros con pañuelos, capuchas o buffs, y que uno llevaba un pitbull. «Hablaban entre ellos en árabe», señalaron las víctimas a la Ertzaintza. No obstante, las primeras investigaciones de la Policía autonómica no descartan la presencia de algún joven de otras nacionalidades, incluida la española en el grupo violento, que desapareció con la misma rapidez con que se presentó en el recinto escenario de la agresión.
Evitar el robo
Sentados en la grada de la pista de patinaje, los adolescentes vieron cómo se les acercó la banda. Sin darles explicaciones les lanzaron botellas y objetos contundentes. Al llegar al ‘skate park’, los desconocidos trataron de robarles sus bicicletas. Uno de los chicos, siempre según las denuncias presentadas, trató de evitar el robo.
Los desconocidos respondieron al acto de valentía con una salva de golpes sobre el chico. «Usaron puños americanos, bates…. Se ensañaron con él», critica un familiar del joven, a quien, aparte de numerosos moratones y contusiones le dejaron ‘de recuerdo’ una brecha de unos cuatro centímetros en la cara, que precisó de siete puntos de sutura.
No contentos con esa primera agresión, los atacantes se dividieron en pequeños grupos de seis-siete personas y se abalanzaron sobre los otros menores. Dos chicas que se encontraban con ellos pudieron huir a la carrera. «Aunque a una la desgarraron la ropa al intentar impedir su marcha», describe el padre de otra de las víctimas.
Tres adolescentes no tuvieron tanta suerte. Recibieron una paliza brutal. Tanto se ensañaron sus agresores que uno de los menores, de 16 años, quedó inconsciente en el suelo. Inerte. No despertó hasta que el personal de una ambulancia medicalizada logró reanimarle. El parte médico habla de «pérdida de conciencia tras sufrir un traumatismo craneoencefálico».
«Miedo»
Los dos restantes también necesitaron cuidados médicos por varios golpes y hematomas, aunque sus lesiones resultaron menos graves. «Pero aun así imagínate cómo se sienten. El miedo por lo que ha pasado no se lo quita nadie. Es increíble que haya pasado esto en una ciudad como ésta», censuró uno de sus familiares.
Tras abandonarles a su suerte y sin importarles la gravedad de las heridas causadas, el grupo desapareció. Unos marcharon por las traseras de las Conchas y otros, por Pintor Gustavo de Maeztu. Se llevaron consigo la bicicleta de uno de los adolescentes. Las dotaciones de la Ertzaintza que acudieron al lugar de los hechos descubrieron varios objetos contundentes abandonados por los atacantes como botellas, llaves inglesas y palos. «Solo queremos que les cojan y que ningún otro joven tenga que pasar por este infierno», piden los familiares.
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