
Así, los datos muestran como, durante 2011, alrededor de 208.000 británicos se sumaron a las listas del paro tras perder su trabajo, mientras que 212.000 inmigrantes encontraron un empleo.
“Nadie piensa que esta situación sea aceptable y nadie piensa que debamos tolerarla”, aseveraba el ministro tory, antes de advertir de que “tenemos que trabajar en ello para cambiarlo”.
Grayling confió en que todos los empresarios británicos que necesiten incorporar a alguien a su empresa en los próximos meses “coloque a un joven empleado del Reino Unido en lo más alto de su lista de prioridades”.
Y es que, según el responsable de la cartera de Empleo, los jóvenes británicos de entre 16 y 24 años normalmente tienen que competir contra trabajadores del este de Europa, que son cinco años más mayores y cuentan con más experiencia.
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