
El mandatario ha prometido eliminar el derecho de reunión que permite a los familiares de los inmigrantes con papeles legalizar automáticamente su situación en Francia.
“Quienes vienen con la intención de no respetar nuestras leyes y nuestras costumbres, de no respetar la propiedad ajena, de no mandar a sus hijos a la escuela, de no hacer un esfuerzo de integración, no son bienvenidos en suelo francés”, ha apostillado.
En este discurso ha encajado una defensa de los valores republicanos franceses y ha arremetido contra el hecho de que en los colegios públicos se sirva comida conforme a las tradiciones musulmanas, especialmente la carne ‘halal’. “Reconozcamos el derecho de todos a saber lo que están comiendo, sea o no ‘halal’. Me gustaría ver en el etiquetado el método de sacrificio”, ha afirmado.
Sarkozy ha defendido igualmente las festividades de raíz cristiana y las iglesias como parte integrante de la civilización francesa. “Tenemos que considerar nuestras festividades, las torres de iglesias y catedrales en nuestros pueblos y ciudades, nuestras costumbres gastronómicas, nuestra moral, como aspectos de nuestra civilización, no solo de nuestra religión: la civilización de la República Francesa”, ha argumentado.
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