En los países islámicos el estatus mujeril sigue mejorando. Y ejemplo de ello es que Bassima Hakkaoui es la titular de un ministerio en Marruecos, aunque su cometido es el de repetir los mensajes más infames de los atrabiliarios islamitas del sultanato.
LA GILICHOCHO |
“De Aisha, que Alá esté complacido con ella, que dijo:”El Profeta, al que Alá le dé Su gracia y paz, se casó conmigo cuando yo tenía seis años. Entonces vinimos a Medina y me alojé entre los Banu Hariz Ibn Jazray. En esos días contraje una enfermedad y se me cayó el pelo. Y cuando volví a tener una abundante melenita vino a mí mi madre, Umm Ruman, mientras yo estaba columpiándome en compañía de unas amigas; y me llamó y acudí a ella sin saber lo que quería. Entonces me tomó de la mano y me llevó hasta la puerta de la casa. Yo estaba sin aliento; y cuando lo recuperé, tomó algo de agua y me la pasó por la cara y el pelo. Luego me hizo entrar en la casa, en la que había unas mujeres de los Ansar que dijeron:”Que sea con bien, con baraka (bendición) y con buenos auspicios”; y me entregó a ellas y me prepararon (para el matrimonio). Por la mañana vino de repente el Mensajero de Alá, al que Alá le dé Su gracia y paz, y mi madre me entregó a él. En aquel momento yo era una niña de nueve años”.
Las observaciones de la ministra, calificadas por sectores feministas como propias de una tonta útil y criatura alienada, fueron proferidas después de producirse el suicidio de Amina al-Filali, una joven de 16 años, que prefirió poner fin a sus días antes que contraer matrimonio con su violador. El caso de Amina produjo cierta polémica relativa a las viejas costumbres y tradiciones islámicas imperantes en el sultanado, aunque pronto cesó ya que la sociedad marroquí apoya mayoritariamente a los radicales defensores de los antiguos vicios.
Bassima, ministra marroquí de aspecto orondo y lustroso, cree que la violación y el matrimonio de menores carece de importancia; acusa a quienes denuncian tales actos de ser ”difamadores del honor nacional” …y como fiel mahometana se muestra seducida por el ejemplo de Aisha, la esposa predilecta del Mensajero de Alá, que es definida por los muslimes como Madre de los Creyentes, pese a no haber podido tener descendencia a causa de su salvaje violación siendo tan niña.
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