De madrugada, para que nadie les viera. Y bien pertrechados para el frío, vestidos con sus trajes impermeables de neopreno. La Guardia Civil detuvo el martes 2 de abril a cuatro ciudadanos rumanos con las manos en la masa, más concretamente con las manos en miles de monedas que los peregrinos tiran al estanque del pozo de la Virgen de Covadonga, en Asturias.
Los detenidos habían estado toda la noche sacando las monedas del pozo, cuando no suele haber nadie en el santuario de la Virgen. Para ello tenían unas palas especiales con las que las sacaban del fondo del estanque. “Las temperaturas esos días han sido muy frías, sobre todo de noche y en esa altitud, por eso iban con los trajes de neopreno, para poder meterse en al agua”, explican fuentes de la Guardia Civil.
¿Para qué querían las monedas? Para cambiarlas en un banco. Fueron arrestados cuando habían guardado ya miles de monedas dentro de cestos negros y las habían ocultado en un Renault Megane. A una patrulla de la Beneméita le pareció extraño ver ese coche a esas horas en ese lugar y le dio el alto. La sorpresa fue mayúscula. Los cuatro detenidos, tres hombres y una mujer, de entre 30 y 35 años, no tienen antecedentes y los cuatro tenían residencia en Vizcaya.
Un botín de 2.000 euros
Un botín de 2.000 euros
De momento, la Guardia Civil ha contabilizado ya unos 1.200 euros en monedas de 50 céntimos, un euro y dos euros; 600 euros en pesetas y una cantidad aún indeterminada en monedas de uno, dosm cinco y diez céntimos y moneda extranjera. “Es problable que el botín supere los 2.000 euros”, explican las mismas fuentes.
¿Para qué las querían?, si muchas monedas están viejas y oxidadas por el agua. “Para cambiarlas en un banco”, afirma la Benemérita. Los ladrones ya están en libertad con cargos, acusado de un delito de apropiación indebida y contra el sentimiento religioso. Las monedas han pasado a disposición judicial y de momento no pueden volver al estanque de la Virgen.
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