En Arabia Saudí han sido detenidos 35 cristianos acusados de rezar ocultamente en sus domicilios; y en Europa, donde florecen las mezquitas financiadas por Arabia, cada vez son más frecuentes las agresiones contra los musulmanes convertidos al cristianismo, como ocurrió la semana pasada en Noruega. Sorprendentemente,“Mahoma, fue el nombre más común entre los nacidos en Oslo en 2011.
El mes pasado fueron detenidos en Arabia 35 cristianos acusados de rezar en sus casas, según informa International Christian Concern. Los prisioneros de conciencia no están recibiendo tratamiento médico ni una alimentación adecuada, pero los carceleros, siguiendo la tradición carcelaria del país, están sometiendo a los cautivos cristianos de sexo masculino a torturas y todo tipo de abusos, puesto que son “esbirros de Estados Unidos, animales y kafires.”*
En la patria de Mahoma no es posible rezar a otro dios que no sea Alá ni en las catacumbas, puesto que la ley lo prohíbe y la infracción de la norma se condena con severas penas. Por supuesto, la conversión al cristianismo se castiga con la muerte, aunque esta escabrosa cuestión es siempre obviada por los prebostes de las democracias occidentales.
Los kafires (cristianos) son perseguidos ferozmente en Arabia, Irán, Egipto, Argelia, Sudán, Marruecos o Indonesia; pero los conversos al cristianismo que abandonan sus países buscando refugio en la Unión Europea tampoco escapan a la cólera de Alá, para mayor pasmo de los multiculturalistas empeñados en mostrarnos el inmenso enriquecimiento cultural que aportan a Europa los secuaces de Mahoma.
El último caso de enriquecimiento cultural se ha producido en la ciudad noruega de Haugesund, lugar en el que fueron apuñalados en la noche del pasado martes dos iraníes convertidos al cristianismo por unos encapuchados al grito de “kafires”. Curiosamente, uno de los apuñalados es un solicitante del derecho de asilo que tras ser detenido, encarcelado y torturado en Irán debido a su conversión huyó de su país para buscar refugio en Noruega, donde finalmente unos anónimos seguidores del “Profeta” le han obsequiado con unos cuantos navajazos en la espalda y un costado
Ambos iraníes, creyendo que se encontraban en un remanso de paz, participaban intensamente en las actividades de sus parroquias, desconociendo que la numerosa inmigración mahometana instalada en Noruega no perdona a los “desertores”. Ahora, ya han conprendido que la vida de un apóstata del islam es tan delicada en Irán o Arabia como en Europa.
Los señores feudales saudíes detienen, torturan y decapitan a los cristianos, mientras compran en Occidente con su oro conciencias, silencios y todo lo que sea menester. También han infestado las principales ciudades europeas de lujosas mezquitas, aunque han olvidado enviar pan, por ejemplo, a los somalíes que mueren de hambre en los campos de refugiados. Poderoso caballero es Don Petrodólar, que aventa odios contra judíos y cristianos en Europa sin oposición alguna, y que por donde pasa deja un rastro de zonas sometidas a la sharía y tribunales islámicos, como los 181 que funcionan en el Reino Unido.
En Europa ,donde el wahabismo saudí y otras tendencias fanáticas se han instalado, no se puede proteger a los asilados ni en los Centros de Internamiento de Extranjeros; sobre el británico Salman Rushdie, pende todavía una fatua mortífera; el sueco Lars Vilks, es objeto de amenazas y fue víctima de un atentado frustrado; el danés Kurt Westergaard, se ha convertido en la encarnación del Mal por dibujar al salteador de caravanas… y Theo Van Gogh, ya pasó a mejor vida asistido por un marroquí. Este es el panorama de la enriquecida Europa multicultural, todo un lujo.
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