BD.- Cinco yemeníes condenados por asociación de malhechores y asesinato han sido decapitados y suspendidos por los hombros de unas grúas en la ciudad de Jizan, en el sudoeste de Arabia Saudí, cerca de la frontera yemení. Esta puesta en escena macabra busca aterrorizar a los criminales y los inmigrantes ilegales. Tres de los ejecutados eran hermanos.
Todos han sido colgados durante un día de una cuerda atada entre dos grúas. Las cabezas habían sido puestas en sacos colgados a los ajusticiados. La decapitación con espada y la exhibición de los cadáveres ha sido llevada a cabo en la plaza principal de la ciudad, enfrente de la universidad de Jizan. Los 5 ciudadanos yemeníes han sido condenados por asociación de malhechores, pertenencia a grupo armado y por asesinato de un hombre saudí.
En una aplicación rigorista de la sharia, los crímenes de derecho común castigados la pena de muerte en Arabia Saudita, son la violación, la apostasía (renegar del islam), el asalto a mano armada, el tráfico de drogas y la brujería. Según Amnesty International, por lo menos 47 ejecuciones han tenido lugar este año en Arabia Saudita, 12 en el mes de mayo. Siempre según la organización, estos números podrían estar por debajo de la realidad, ya que algunas ejecuciones se llevan a cabo en secreto en el reino de Saud.
A pesar de la ejecuciones por asesinatos o asaltos a mano armada, no es frecuente este tipo de exhibición morbosa. La anterior “crucifixión”(término utilizado para designar la escena) conocida tuvo lugar en Riyad el año pasado.
A través de esta puesta en escena, las autoridades saudíes quieren lanzar un mensaje a los ilegales. La ciudad de Jizan es un lugar de tránsito y destino para muchos inmigrantes yemeníes y africanos.
Las autoridades saudíes acaban de dar un plazo de tres meses a todos los trabajadores ilegales para regularizar sumsituación. Este ultimátum llega a su fin dentro de mes y medio. Una gran mayoría de trabajadores ilegales son yemeníes, y la puesta en escena de los cuerpos de los ajusticiados está sin duda dirigida principalmente a ellos.
El Estado pretende de esta manera demostrar que es implacable. Muchos saudíes consideran que la inseguridad creciente en la región es debida a los flujos migratorios provenientes del Yemen y del continente africano. Las autoridades buscan tranquilizar a la población y a atemorizar a los inmigrantes que llegan en gran número.
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