EO.- Tras el anuncio entreguista del jefe de Policía de Estocolmo de no emplear la fuerza para detener los disturbios de inmigrantes musulmanes que azotan la ciudad desde hace casi una semana, los nacionalistas suecos se han puesto manos a la obra. La noticia de que unos ciudadanos tengan que organizarse para proteger las vidas y las haciendas de las personas, ante la complicidad de las autoridades políticas y policiales con los criminales extranjeros, refleja elocuentemente el grado de putrefacción y vesania de las democracias liberales europeas.
Siguiendo el ejemplo de miembros de la formación griega Amanecer Dorado, estos patriotas marchan por los barrios donde los inmigrantes incendian contenedores y coches y agreden a los ciudadanos suecos, evitando con su presencia, y en muchos otros casos con sus acciones, que los agitadores somalíes, como son en su gran mayoría, campen a sus anchas provocando unos disturbios que a diferencia de los ocurridos en Francia hace pocos años, apenas están teniendo relevancia en la prensa internacional..
Ante estas patrullas ciudadanas en Estocolmo, muy activas en el guetto de Tumba, los medios han puesto el grito en el cielo y la policía, que no actuaba contra los extremistas musulmanes, está tratando de evitar estas patrullas. Vivir para ver. Se trata de impedir el apoyo voluntario al mantenimiento del orden y no la violencia antiblanca desatada por inmigrantes mayoritariamente musulmanes.
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