
Funcionarios de ‘Largo Lartin’ advierten que el ambiente se está radicalizando entre los reclusos islámicos, quienes mayoritariamente defienden la comisión de atentados terroristas para la implantación de la ‘sharia’ en el Reino Unido. Añaden que ya nada parece detenerlos y que el resto de presos tiene miedo de opinar de forma diferente. Este ambiente de odio se exacerbó a raíz del apuñalamiento de un joven soldado, a plena luz del día, cuando regresaba al cuartel de Woolwich el 22 de mayo. El mismo prisionero señala que, cuando la noticia fue transmitida por televisión, muchos reos musulmanes lo celebraron.
Pese a las evidencias, el Gobierno británico sigue inactivo ante la islamización de sus prisiones. Un portavoz del Ministerio de Justicia discrepa sin embargo y asegura que el Ejecutivo está adoptando una política de “tolerancia cero en la lucha contra la radicalización y la intimidación en nuestras prisiones”.
“Todas las prisiones de alta seguridad cuentan con unidades de lucha contra el terrorismo, que trabajan en colaboración con la Policía y los servicios de seguridad para erradicar el extremismo. También contamos con un equipo de capellanes musulmanes, que trabajan con los presos para evitar la radicalización”, añade.
La misma fuente destaca la adopción de medidas “para aislar a aquellos presos que tratan de raicalizar a otros y promover la ideología extremista”.
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