La fiscal sueca Christina Weilander ha decidido multar a un joven de 22 años, por interrumpir la oración musulmana tocando la bocina a las afueras de la mezquita Fittja, en Estocolmo.
Los hechos ocurrieron el 3 de mayo de este año, cuando se cumplía el segundo viernes que la mezquita utilizaba su minarete para la llamada a la oración desde que la policía volvió a permitir su uso a los imanes.
Una prohibición de 1994 impedía la llamada a la rezo musulmán, pero a principios de este año el municipio de Botkyrka (donde se encuentra la mezquita) anuló esta ley, permitiendo que los líderes religiosos llamen a sus fieles durante dos o tres minutos, los viernes a mediodía.
El joven sancionado tiene los cargos de störande av förrättning: interrumpir intencionadamente una ceremonia religiosa o espiritual, incluyendo bodas y funerales. Pero él, en su defensa argumentaba que su intención no era interrumpir la oración a propósito. La mezquita se encuentra al lado de un lago y un parking pero no hay casas alrededor por lo que el joven argumento que creía no molestar a nadie.
Este no es el primer incidente que se produce en la mezquita de Estocolmo. El viernes 26 de abril, justo el anterior al del bocinazo, un Volvo rojo pasó derrapando delante del templo para después salir corriendo a toda velocidad hacia la carretera. La situación provocó un gran revuelo entre la congregación de musulmanes que acudían a la oración
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